El presidente tiene línea directa con la Casa Blanca, Marcos Peña puso en marcha una nueva táctica electoral y la gobernadora bonaerense arranca abajo de Kicillof.
Hace unos meses, Mauricio Macri estaba en la quinta de Olivos diseñando la campaña electoral 2019 y expresó su preocupación por un eventual cimbronazo de los mercados ante un probable triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
La nominación de Alberto Fernández aún no estaba en el tablero político, pero la imagen de CFK triunfante en las PASO podía caer como una bomba de fragmentación en la City Financiera y Wall Street con su obvio efecto dominó en los índices de inflación, precio del dólar y Riesgo País.
Macri tenía su teléfono celular en la mano, dudó un instante y llamó. Segundos más tarde, su actual socio estratégico y siempre adversario en los links de New York, apareció con su habitual grandilocuencia. La comunicación duró tres minutos. El presidente dejó su celular y sonrió:
«Me dijo que nos da la plata, si tenemos problemas en los mercados. Que si es por la plata, no hay problemas. Ellos están», comentó Macri en la intimidad de Olivos.
Efecto Cristina
El primero de enero de 1994, justo cuando iniciaba su vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA por su sigla en inglés), Chiapas se transformaba en noticia por la abrupta aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional liderado por el subcomandante Marcos.
Ese acontecimiento internacional, sumado al asesinato del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, y a la impericia del presidente de México, Luis Salinas de Gortari, para manejar la economía y la banda establecida para mantener el tipo de cambio, puso en marcha -subrepticiamente- lo que se conoció como El Efecto Tequila.
Ernesto Zedillo, sucesor de Salinas de Gortari, vio venir la crisis financiera y Bill Clinton, por entonces presidente de los Estados Unidos, salió a su rescate. Durante un fin de semana, en perfecto secreto, Clinton, Robert Rubin y Larry Summers trabajaron para rescatar a la economía mexicana y evitar que su colapso afecte a la propia economía americana.
Clinton, Rubin (secretario del Tesoro) y Summers (subsecretario del Tesoro) lograron su cometido tras una batalla política con los halcones republicanos y ciertos jugadores de la bolsa de Wall Street. Zedillo soportó la crisis financiera y Clinton demostró en DC que sabía cómo funcionaba el poder real en momentos de crisis globales.
Como consecuencia del Efecto Tequila, se creo en la administración americana un fondo de 20.000 millones de dólares con libre disponibilidad para remitir a aliados regionales en dificultades. El fondo está en manos de Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, quien responde a las órdenes de Trump.
Nicolás Dujovne, Ministro de Hacienda, ya es amigo de Mnuchin y tiene línea directa. Ambos han negociado la ayuda del Fondo Monetario Internacional, y los dos entienden que una cimbronazo en los mercados financieros pueden complicar las posibilidades electorales de Macri.
«Nosotros tenemos nuestros fondos para defendernos. Y si hace falta pediremos que Trump cumpla con su palabra. El dólar quieto ayuda a ganar las elecciones, y hacia ese objetivo fue la conversación con el presidente de los Estados Unidos», explicó a Infobae un protagonista del gabinete nacional.
/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2017/02/14111405/marcos-pena-oscar-aguad-olivos-1920-2.jpg)
Campaña segmentada
Marcos Peña sabe de campañas electorales, y tiene un equipo de trabajo que incluye a encuestadores, sociólogos, expertos en tecnología, redactores de discursos y conocidos navegantes de las redes sociales. El jefe de Gabinete tiene este batallón multitasking para alcanzar un sólo objetivo: la reelección de Macri.
Peña atiende en su despacho del primer piso de Balcarce 50 y hace ejercicios proselitistas en su laboratorio cibernético de Balcarce al 400. El jefe de gabinete comprobó en ese laboratorio que una de las mejores tácticas comunicacional de campaña podría ejecutarse a través del sistema WhatsAPP.
No se trata de aplicar un mensaje a una cadena de difusión con «clientes» predeterminados -esta prohibido por ley-, sino de «segmentar» el mensaje por genero, profesión, locación, intereses comunes y edad. Esa segmentación -obvio- se vincula al peso electoral y a la capacidad de multiplicar el mensaje en la menor cantidad de tiempo.
Una vez que se tiene el contacto -por ejemplo, la esposa de un militar-, el presidente graba un mensaje que se envía con una previa autorización del receptor. Peña y su equipo probaron que esos mensajes grabados y «firmados» por Macri tienen un impacto político y electoral muy fuerte.
La campaña segmentada -explican en Casa Rosada- funciona si está ejecutada con un tono informal. Peña y su equipo comprobaron que la técnica proselitista debe basarse en «la vida cotidiana» y por eso los spots de campaña de Juntos por el Cambio están registrados como si fueran posteos «casuales», realizados por simples usuarios de redes sociales.
Se trata de una argucia electoral: entre expertos con firma propia (Jaime Durán Barba), conocidos funcionarios del Gobierno (Fernando de Andreis), y productores televisivos en ascenso (Diego Copello), el team multitasking electoral de Peña ya tiene dos dígitos. Play
Vidal se pone los guantes
María Eugenia Vidal hará campaña electoral con un discurso a nivel nacional y otro centrado en la provincia de Buenos Aires. A nivel nacional, la gobernadora ya apareció en un vídeo saludando a los refugiados venezolanos en su Día de la Independencia. Y a nivel provincial confrontará con la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario con un discurso político basado en las obras que realizó durante su gestión.
Macri cuestiona a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner por su cercanía con el régimen populista de Nicolás Maduro, y como Kicillof. Magario van colgados de esa boleta, Vidal repite la misma estrategia.
Pero la gobernadora bonaerense también tiene mucha obra pública que mostrar y recorrerá el conurbano para fidelizar a sus propios votantes y recuperar los que perdió por la política económica que ejecutó Dujovne por orden de Macri.
Vidal aún sufre la valoración política del presidente en las zonas más carenciadas de Buenos Aires, y si las elecciones a gobernador fueran durante julio de 2019, Kicillof sería su sucesor el próximo 10 de diciembre.
La distancia entre Vidal y Kicillof -acorde a sondeos propios y de la oposición- va desde 3 a 8 puntos, y la brecha más importante se computa en la primera y tercera sección electoral.
La gobernadora cree que descuenta la ventaja -no importa cuál sea- porque Macri subirá en los sondeos de opinión, la economía crecerá levemente cuando se acerque la primera vuelta electoral y debido al techo que -supuestamente- ya exhibe la fórmula presidencial del Frente de Todos.
Cuando así lo indique la estrategia electoral, Macri acompañará a Vidal en sus recorridas. La gobernadora también tendrá al lado a Rodriguez Larreta -con muy buena imagen en el conurbano bonaerense- y a Christian Ritondo, actual Ministro de Seguridad y primer candidato a diputado nacional.
Vidal asume que pierde en las PASO y que todo se juega en los próximos cuatro meses. Sin balotaje, se elige gobernador bonaerense el 27 de octubre.
Infobae