Crecer en una casa llena de libros constituye un gran impulso para la alfabetización y el cálculo numérico, según revela una investigación realizada a más de 160.000 adultos en 31 países distintos.
No es la primera vez que la ciencia avala las múltiples bondades de la lectura, desde el aumento de vocabulario al incremento de la empatía, la disminución de la ansiedad y el estrés, mejorar la habilidad para aprender idiomas o impulsar la toma de decisiones. Recientemente, una investigación de la Universidad Nacional de Australia concluyó que contar con una biblioteca en casa de gran tamaño proporcionó a jóvenes que abandonaron la escuela habilidades equivalentes a los graduados universitarios que no leían. Para ser eficaz, la biblioteca doméstica debe contar con unos 80 ejemplares.
Bajo la dirección de la doctora Joanna Sikora, los académicos analizaron datos de más de 160.000 adultos, de 31 países diferentes, que participaron en el Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos entre 2011 y 2015. Se preguntó a todos los participantes cuántos libros hay estaban en sus hogares cuando tenían 16 años -un metro de estantería completo equivale a cerca de 40 libros- y se les realizaron pruebas de alfabetización, aritmética y tecnología de comunicación de la información (TIC) para evaluar sus capacidades.
Si bien el número promedio de libros en una biblioteca doméstica difería de un país a otro -de 27 en Turquía a 143 en el Reino Unido y 218 en Estonia-, “los efectos totales del tamaño de la biblioteca en la alfabetización son grandes en todas partes”, según determinaron sus autores. Así, se sabe con certeza que exponer a adolescentes a libros es una parte integral de las prácticas sociales que fomentan las competencias cognitivas a largo plazo.
En contrapartida, los investigadores se toparon con que los adolescentes en un hogar sin casi libros tenían niveles de alfabetización y aritmética por debajo del promedio. Mientras, los adolescentes que apenas superaron la educación secundaria o que abandonaron los estudios pero que se criaron en una casa llena de libros demostraron ser tan aptos como aquellos graduados universitarios que crecieron con solo unos pocos libros.
“La exposición temprana a libros en el hogar familiar es importante porque los libros son una parte integral de las rutinas y prácticas que mejoran las competencias cognitivas de por vida”, afirmó la principal autora del estudio. “Además, el tamaño de la biblioteca en el hogar se relaciona positivamente con los niveles más altos de alfabetización digital, por lo que la evidencia sugiere que, durante algún tiempo, el compromiso con los objetos materiales de la cultura académica en los hogares de los padres, es decir, los libros, continuará brindando beneficios significativos para las TIC de adultos”, concluye el informe, aclarando que la percepción de que la práctica social del consumo de libros impresos está pasada es prematura ante la realidad actual.
Fuente: The Guardian